jueves, 12 de marzo de 2009

Costa Rica, pura vida – Última parte


Manuel Antonio, Marzo 2007. Siempre dejamos la playa para el final por varias razones. Una de ellas es descansar de las propias vacaciones. Salimos de Monteverde, en el centro de Costa Rica, con dirección hacia el océano Pacífico, donde -según lo que nos habían dicho- las playas son más bonitas que del lado del Atlántico.

Recorrimos varias playas y sacando algunas perlitas como Conchal, el resto es perfectamente olvidable. Hasta que llegamos a Manuel Antonio, un extenso parque nacional que combina playas paradisíacas y solitarias con aguas cristalinas y selva exuberante. Evidentemente el paraíso puede tener muchas formas.


Un lugar impresionante que obliga a hacer más de una visita o de lo contrario tomar la difícil decisión de salir del agua para disfrutar de su vegetación o viceversa.

No sé si por la enorme influencia que ejerce el turismo norteamericano en todo el país (cualquier costarricense te saluda en inglés cuando detecta que sos turista y la cena se sirve a la hora de la merienda) o por alguna cuestión local, pero el parque abre a las 7 de la mañana y cierra a las 4 de la tarde.

Es decir que la puesta de sol y la hora más linda de la playa hay que disfrutarlas en Espadilla Norte, la playa pública, unos metros antes del ingreso al parque nacional, repleta de bares, artesanos, y turistas.


Dentro del parque solo hay plantas, senderos, monos carablanca, mapaches ladrones y guías de turismo, de modo que uno debe llevarse todas sus provisiones para pasar el día, incluyendo las bebidas que inevitablemente a la hora del calor fuerte, no estarán frías.

Nosotros además llevábamos un set completo de juguetes de arena y unos cuantos bártulos propios del turismo infantil.

La propuesta es caminar todo el día, almorzar bajo los árboles y por la tarde disfrutar de las playas que están al final del recorrido. Nosotros íbamos demasiado cargados y demasiado cansados como para hacer semejante itinerario así que después de caminar un rato encaramos directo a un guía que acompañaba a un grupo de americanos entusiastas.



-“Lo que vimos hasta acá fue maravilloso. La pregunta es: ¿todo lo que falta por ver es diferente o más de lo mismo?, le pregunté.
El guía nos miró, sonrió, nos comprendió y dijo: “el paisaje es todo igual, pueden bajar en la primera playa (a solo unos minutos) y pasar ahí el resto del día sin culpa. Solo que no verán animales porque están más hacia el interior del parque”.
-¿Qué animales?, pregunté por las dudas.
- Mapaches, monos, perezosos, variedades de pájaros, dijo.

Sin dudar desembarcamos en la playa y resignamos la naturaleza. Cuando estábamos instalados descubrimos que algo imprescindible habíamos olvidado en el auto. No recuerdo qué, solo recuerdo a Christian insultando a más de un santo mientras caminaba de regreso al ingreso del parque.

Hacer solo el primer tramo del sendero nos dio la posibilidad de estar en una playa solitaria ya que todo el mundo siguió el itinerario, pero me dejó con la enorme curiosidad sobre cómo sería el resto del parque. Aún dudo que sea mas de lo mismo.

De todos modos fue un día de suerte. Cerca de las cuatro de a tarde, salíamos del parque cuando casi llegando al estacionamiento una familia entera de monos carablanca se divertía comiendo frutitos de un árbol. Nunca los habíamos visto tan de cerca y haciendo tan poco esfuerzo físico.

Al día siguiente, partimos camino a San José, la capital nacional, para ver el volcán Poás, uno de los pocos aún en actividad y de muy fácil acceso a su cráter, donde se puede ver desde un mirador las pequeñas erupciones.

Llegamos después de almorzar, en un día con nubes que iban y venían, y pese a la espera de casi dos horas, nos fuimos con la sensación de que algo importante pasaba por ahí abajo pero no pudimos ver nada.

Parece que la clave es llegar a la mañana temprano porque luego siempre se nubla y es imposible ver el cráter en su totalidad. Lástima que el dato lo tuvimos al día siguiente del taxista que nos llevaba al aeropuerto para volver a casa.

2 comentarios:

The Pichinchas dijo...

que tremendo viaje!! hermoso! Los encontre via google porque estoy pensando en hacer algo asi estas vacaciones y quiero arrancar con tiempo a organizar. La verdad los felicito, el blog esta muy bueno y los relatos de costa rica ya me cebaron. genial!

Julieta Valente dijo...

Gracias por tu comentario The Pichinchas. Costa Rica es un pais maravilloso, volcanes, selva, playa, para todos los gustos. Chiflame si te puedo ayudar con algun dato. Buen Viaje!.