domingo, 3 de agosto de 2008

Pinamar: 6 amigos, 4 niños y 1/2 caniche toy


Olivia, la más chiquita, juega un rato, viene y pide upita
Emma ya elige su propia ropa, se pinta, se peina, da órdenes, y todo eso forma parte del mismo juego.

Valentín despliega energía, corre, salta, cocina, se disfraza, grita, baila y termina con un ojo lastimado.

Su hermana Camila, que ya dejó la infancia pero todavía no transita la adolescencia, se reparte entre los juegos de los chicos y las conversaciones de los grandes, mientras atiende los reclamos de Olivia.

Flavia barre arena y ordena varias veces los juguetes de Emma.

Christian busca sin buscar los guantes que alguien le escondió, según él cree.
Santiago hace asado y se preocupa porque todos estemos contentos, como buen anfitrión que es.

Hernan charla, cuenta y se ríe de sus propias ocurrencias.

Celia se sienta, se para, organiza, grita un poco para no perder la costumbre y rescata al caniche toy de los amores que matan.

Yo -en un hecho inédito- lavo los platos y los escucho.

Afuera llueve y hace un frío crudo, no tan clásico para este agosto en Pinamar.
Este fin de semana, dejamos de lado la aventura (o no tanto) y nos fuimos hasta el mar a ver unos amigos. Compartimos asado, paseos en cuatriciclos pese al frió polar, vimos una Pinamar siempre coqueta y más concurrida de lo que yo imaginaba. Fuimos y volvimos a Cariló. Comimos Havannas y nos reímos de las mismas cosas de siempre.
Bocato di Cardinale!!!

Los niños!!!

Padre e hija, pura pasión!!!

Mejor con casco porque el pelo es fatal!!!

Los dueños de casa!!!

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